Ciudad de Guatemala, 24 may (AGN). – La Constitución Política de la República de Guatemala cumple 40 años de su fundación el próximo 31 de mayo, y para recordar sus fundamentos históricos, Alfonso Cabrera Hidalgo, maestro y político, nos compartió su experiencia en la creación de la carta magna.
Alfonso Cabrera es un destacado político guatemalteco, nacido en 1941 en la Ciudad de Guatemala, quien inició su carrera profesional como maestro de educación primaria y, posteriormente, amplió su formación académica con estudios políticos en Chile y en la República Federal de Alemania.
Su trayectoria política se consolidó en la década de 1980, cuando participó activamente en el proceso de transición democrática del país.
En 1984 resultó electo miembro de la Asamblea Nacional Constituyente junto a 87 diputados más encargados de redactar la Constitución, promulgada en 1985.
Cabrera y su experiencia en la Constituyente
¿Tuvo su partido una propuesta de Constitución o alguna temática que les interesara impulsar en el texto constitucional?
La Democracia Cristiana tiene un papel protagónico en la Constituyente. Nosotros fuimos los primeros en proponer un porcentaje para las municipalidades (presupuesto), lo que pasó fue que, en nuestro trabajo de construcción del partido de organización, que tuvimos que andar por todos los caminos de Guatemala, por todos los municipios, las aldeas, nos dimos cuenta del abandono en que tenían los municipios.
Estaban los municipios completamente abandonados, entonces la Democracia Cristiana propuso, nosotros propusimos que el 7 % del presupuesto que se entregara a las municipalidades y finalmente se logró al principio el 8 %, entonces quedó establecido en la Constitución de 1985, que es la que está vigente el día de hoy, que las municipalidades tenían derecho a un situado constitucional.
¿Con qué fuerzas políticas se podrían hacer alianzas para impulsar dichos temas o propuestas?
Actualmente con ninguno, no existe ni un partido político en Guatemala. Sí hay grupos de abanderados, de secuaces que quieren medrar con el presupuesto de la nación y que están medrando, pero partidos políticos no hay, no hay ningún partido político.
Hay agrupaciones que se forman para vender puestos de elección popular, alcaldías, diputaciones y todo eso para hacer dinero cada campaña, pero no, ni ideología, ni un planteamiento estratégico, ni un plan de gobierno, nada, absolutamente nada, ni líderes.
Temas importantes al crear la Constitución
¿Se vivió un clima de confrontación, de distensión o de armonía entre las diversas fuerzas políticas?
Sí, sí había. Como les digo, cuatro fuerzas y otros partidos menores. Sin embargo, se escuchó a todos, se tomó la decisión de todos, creamos distintas comisiones de trabajo.
Logramos que todo fuera balanceado, o sea, había una ilusión, había un ideal por el país, sinceramente, y la Constitución civil es hermosa, es un poema, pero desafortunadamente no queda en nuestro pueblo.
Según su criterio, ¿cuál fue el tema o temas que más se discutieron en la Asamblea Nacional Constituyente?
Bueno, peleamos mucho la propiedad de la infusión social, peleamos mucho la libertad de expresión en el artículo 35 constitucional. En el tema de la propiedad, nosotros estábamos muy duros en negociar, quitar el concepto de la función social.
Entonces se establece que hay que comprar y que hay que pagar a precios del mercado, o sea, no le íbamos a quitar nada a nadie, sino que queríamos que se crearan los nuevos conceptos de lo social. Para nosotros, lo social tenía un significado muy profundo y sigue teniendo.
Había una ‘comisión de los 30’, que discutía el texto constitucional para pasarlo luego a las comisiones de pleno, otra comisión de ley electoral que discutió el proyecto de ley electoral y que la produjo.
Y otra cosa que hicimos fue abrir el Congreso de la República a la población. Todos los días que teníamos plenaria se llenaba el Congreso de gente. Llegaban y vociferaban a favor y en contra, pero era el pueblo participando vivamente en la construcción del nuevo modelo de sociedad que queríamos establecer.
Presiones y libertad
¿Considera que se escucharon y tomaron en cuenta las propuestas que hicieron los diversos sectores de la sociedad?
Sí, algunos se aprobaron, otros se desecharon porque había que someterlos al proceso de discusión, lo normal en cualquier asamblea de la general Constitución.
¿Considera que hubo presiones de los poderes fácticos (sector privado o militar) para abordar ciertos temas?
Sí, sí. No solo de los poderes fácticos, hubo presiones de todos lados. Si usted revisa, por ejemplo, las autonomías, dejamos que autonomía del deporte, autonomía de la escuela de agricultura, todos querían su libertad, era una época de libertad.
Yo creo, sinceramente, que, con una democracia que está madurando, es preciso establecer algunos mecanismos de control del poder. Por ejemplo, podríamos haber establecido un referéndum revocatorio a medio período y permitir con control el sistema electoral que ya habíamos establecido abundantemente, dejar que se pudiera hacer una reelección en Guatemala, porque cuatro años, en ese momento eran cinco años, cinco años no permiten establecer mecanismos de desarrollo en ninguna sociedad del mundo.
Avances en temas constitucionales
¿Cuál considera el mayor avance en la temática constitucional en relación con las constituciones anteriores?
Bueno, en todo hubo avances, creamos nuevos mecanismos, creamos la Corte de Constitucionalidad, creamos el Procurador de los Derechos Humanos, se establecieron nuevos mecanismos, además, la parte dogmática de la Constitución, que son los primeros 44 capítulos, léanlos, son hermosos, porque está la protección del pueblo.
Por supuesto que ahora con la Corte de Constitucionalidad, que se ha esmerado en corregir la Constitución por su cuenta, cada día cambian. Como que fuera una asamblea constituyente permanente, se les ocurre que ya no es así, ahora dirigen el Congreso, hasta ponen agendas que deben discutir en el Congreso.
¿Considera que se necesitan reformas constitucionales?, ¿de qué tipo o de qué temas?
En los temas del sistema de justicia, creo que es preciso hacer reformas importantes, y a mí me gusta, por ejemplo, lo que acaba de pasar en México, lo que está pasando actualmente, que va a ser la población la que va a elegir a sus magistrados y a sus jueces, porque aquí los jueces son penales.
Aquí cobran, o sea, cuánto vale su pecado y eso es lo que cobra un juez, eso es lo que cobra un magistrado, eso es lo que cobra la Corte de Constitucionalidad, eso es lo que cobra la Corte Suprema (de Justicia), o sea, que hay que tener un dineral para que el juez finalmente dé una opinión favorable de mí.
Sí, yo creo que el sistema electoral es imprescindible, creo que la elección debe ser directa, por pequeños distritos. En aquella época no había maldad, no había toda esa cantidad de bandoleros que hay ahora.
La Constitución de la era democrática
¿Cuál es la importancia de estos 40 años que han pasado desde la promulgación? ¿Qué se siente ser parte de este importante hecho histórico?
Bueno, yo me siento muy orgulloso, sinceramente, de haber participado no solo en la Constitución, sino en el primer gobierno democrático de la nueva era. Me siento muy orgulloso de lo que hicimos.
Creo que actuamos conforme a nuestros ideales y nuestras convicciones y creo que desafortunadamente es preciso darle una refaccionada seria a la Constitución para crear mecanismos donde el pueblo, como garante del establecimiento democrático de los valores fundamentales de la sociedad, de la historia misma de la sociedad, pueda tener participación clara.
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