Ciudad de Guatemala, 10 dic. (AGN).- La numeración maya, uno de los legados más destacados de esta civilización, utiliza un sistema vigesimal (base 20) que combina simplicidad y eficiencia. Su invención, incluyendo el revolucionario concepto del cero, marcó un hito en el desarrollo matemático de la humanidad. En este sentido, los pueblos descendientes mayas mantuvieron en su vocablo la numeración, como el pueblo awakateko.
Los mayas simplificaron la representación numérica al utilizar únicamente tres símbolos: la concha para el cero, el punto para valores de uno a cuatro, y la barra para el cinco.
Con esta base, lograron representar cualquier cantidad, adaptando el sistema a distintas posiciones en niveles de orden.
Ejemplo de los primeros números mayas y su escrituras en awakateko:
- Concha / Cero / kyi’k-at
- . / Uno / jun
- .. / Dos / kob’
- … / Tres / ox
- …. / Cuatro / kyaj
- – / Cinco / o’
Junaq
A partir del cinco, los números incrementan combinando estos símbolos, utilizando puntos y barras en diferentes niveles para representar cantidades más altas.
La invención del cero
El cero, representado por los mayas como una concha, tiene un valor fundamental en los sistemas numéricos. Aunque en la historia oficial se atribuye su invención a la India en el siglo V d. C., los mayas ya lo utilizaban desde el siglo III a. C., es decir, 800 años antes.
Este concepto permitió a los mayas desarrollar un sistema posicional que facilitó cálculos complejos y mediciones precisas.
En comparación, el cero llegó a Europa mucho después, introducido por los árabes en el siglo XII. Sin embargo, su adopción generalizada en Europa no ocurrió hasta el siglo XV.
La dimensión esotérica de los números mayas
Para los mayas, los números no solo tenían un valor matemático, sino también un profundo significado espiritual y vinculado a la agricultura. Cada número poseía una personalidad y un rol en el universo. Por ejemplo, el número 13 simbolizaba la pulsación oculta de toda existencia, mientras que el 6 representaba el equilibrio positivo de la dualidad.
Además, los mayas usaban representaciones artísticas de los números, a menudo con rostros que reflejaban sus características místicas. Esta combinación de ciencia y espiritualidad muestra la complejidad y riqueza de su cosmovisión.
En la actualidad, la numeración maya es reconocida como un patrimonio invaluable, no solo para los pueblos mayas, sino para toda la humanidad. Rescatar y comprender estos conocimientos fortalece la identidad cultural y permite honrar el legado de una civilización que se destacó como los hijos del tiempo.
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