Ciudad de Guatemala, 9 mar (AGN).- Como parte de la coordinación interinstitucional para la ejecución de la Política Pública de Protección a la Vida y la Institucionalidad de la Familia, se impulsan varias estrategias que buscan el desarrollo integral de la persona.
El documento presenta una serie de pasos que permitirá alcanzar las metas incluidas en cada uno de los cuatro ejes estratégicos de la política, que se centran en la protección a la vida durante:
- la etapa prenatal y primera infancia
- la niñez y adolescencia
- juventud y adultez
- adultez mayor
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Primer eje
El primer eje de esta política es la Protección a la vida y la institucionalidad de la familia en la etapa prenatal y primera infancia. En esta etapa se busca desarrollar las áreas sicomotriz, nutricional, emocional y social del neonato y niños.
Además, se busca apoyar a las madres a través de una nutrición adecuada durante la Ventana de los Mil Días, así como promocionar la lactancia materna.
Para esto se promoverán estrategias de crianza, controles prenatales y el fortalecimiento del vínculo sociofamiliar.
Protección de la etapa de niñez y adolescencia
El segundo eje está enfocado en la protección de niños, niñas y adolescentes para lograr un adecuado desarrollo físico, mental, social y espiritual.
Para ello, las instituciones deben promover que la niñez y la adolescencia accedan a servicios integrales de educación, salud, seguridad alimentaria y nutricional, agua y saneamiento, y prevención de la violencia.
Asimismo, vincular acciones de seguimiento y evaluación de las intervenciones en esta etapa de vida, para garantizar que continúen con éxito los programas de juventud.
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Etapa de la juventud y la adultez
El tercer eje se focaliza en el acceso, oportunidad y calidad de acciones de corto, mediano y largo plazo para atender el acceso a la educación y su vinculación con la salud en jóvenes. Para ello, la Ley de Protección Integral de Niñez y Adolescencia (LPINA) establece dentro del ciclo de vida que la juventud se comprende de personas de entre 18 y 29 años.
Asimismo, la política de protección de la vida y familia indica que se impulsarán proyectos enfocados al acceso a los diferentes programas que permitan el desarrollo integral de jóvenes y adultos. También aquellos que centren en la inserción al empleo formal y el acceso a un emprendimiento, para el aseguramiento de ingresos.
Además, promueve que los jóvenes y adultos, especialmente las mujeres, aprueben como mínimo el nivel de educación media para mejorar sus condiciones de vida.
Protección en la adultez mayor
La Ley de Protección para las Personas de la Tercera Edad define como persona de la tercera edad o adulto mayor a toda persona que tenga 60 años o más.
En la misma ley, se consideran ancianos en condiciones de riesgo, aquellos que, careciendo de protección adecuada, sufran o estén expuestos a sufrir desviaciones o trastornos en su estado físico o mental.
Esta tiene como objeto, velar por los intereses de las personas de la tercera edad y que el Estado garantice y promueva el derecho a un nivel de vida digna a los adultos mayores. Para ello se fomenta la asistencia con alimentación, vivienda, vestuario, asistencia médica geriátrica y gerontológica integral, recreación y esparcimiento, y los servicios sociales necesarios para una existencia digna.
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